Cuando se apagan los focos de Sharif
Letra de Cuando se apagan los focos
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
no estás en mi piel, pero puedes estar en mis textos
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
puedes estar en mis textos.
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
no estás en mi piel, pero puedes estar en mis textos
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
puedes estar en mis textos.
Las seis de la mañana y Dios me odia,
el despertador no da misericordia,
aun tiritan las estrellas en el cielo,
no sé si de frío o de miedo.
Así que me levanto sin llanto, sin drama, sin ruido,
aun en pijama y con un sueño del carajo,
miro a mi dama, la beso y me despido
la dejo en la cama y yo tiro pa’ mi trabajo.
Y cuando bajo, a la calle, el frío escuece,
me enciendo un porro mientras se desnuda el alba
me subo al coche, justo cuando amanece,
y el filo de la noche se tiñe de color malva.
Y ya de viaje voy quemando carretera,
mientras ahí afuera todo es tierra y todo es monte
y yo, con ganas de cruzar otra frontera
y de buscar la primavera voy detrás del horizonte.
Así en cada ciudad soy extranjero,
un viejo rockero, un forastero, un visitante,
un emigrante a lomos de un lapicero
que se quedó en rapero porque no llego a cantante.
Distinta hora, distinta ciudad,
distinto hotel pero la misma soledad que en hospitales,
distinta luz y oscuridad,
pero siempre la misma realidad tras los cristales.
Solo soy eso, el verso de un Don Nadie
carne y hueso con el corazón al aire
vivo preso de este amor
como el pájaro que canta su dolor para que la gente baile.
Y es que no saben de mí, ni de mi misa,
ni, de la tristeza que se esconde en mi sonrisa,
ni, del do re mi de mi trabajo incierto,
de desnudar el alma cada noche en el concierto.
Quieres que siga? deja que te diga que yo,
paso fatiga cuando el técnico me afina la voz,
dios bendiga a mi familia y a mi rima feroz
represento a mi ciudad y a mi voz.
Tras la cena de vuelta en el camerino,
en soledad fumando fino, hablando de la vida,
de su herida de las piedras del camino,
y de la suerte, de vencer a la muerte y al destino.
La calma que precede a la tormenta,
cinco minutos nos dicen desde la puerta,
y ya no importa el tiempo que lleve en pie
aquí todas las veces son siempre la primera vez.
Recuerdo porque amo este oficio,
este suplicio esconde algo extraordinario
estoy en paz, bendigo el sacrificio
morir para nacer cada noche en el escenario.
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