Recuérdame de Rayden
Letra de Recuérdame
Yo no sé cómo me iré de esta vida,
pero sí que sé cómo quiero que me recuerden,
con lo bueno y con lo malo, sin infravalorar,
sin reproches, con mis virtudes y defectos,
mis manías y mis mejores gestos.
¡Así quiero que me recuerden para los restos!
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y si la muerte es el olvido no viví de regalo.
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y siempre que así me recuerdes podré estar a tu lado.
Recuérdame por lo que fui como era,
no como los demás esperasen que fuera, no sé,
el que dio su vida y obra por y para los colegas,
no vivió a la sombra de nadie ni siguió su estela.
Una persona mal paciente, con miedo a las agujas
y congoja hacia la muerte; como aquel que
nunca triunfó con las chicas desde mico
y su primer pico fue un cauce en el conejo de la suerte.
El tipo corriente que siempre fue bien en la escuela
a estudiar y repudiaba la pelea a la par.
El que nunca dio seis toques seguidos a un balón
pero sí rozó tu corazón con un renglón al cantar.
El que nunca tuvo alergia ni asma,
nunca siguió la inercia de la masa fantasma.
Más de andar por casa que correr de la pasma.
Más de una pachanga que de saliendo de marcha a lo pagafantas.
El que tuvo como dos caras por rima, tres por día,
pero de un tonto ni un pelo.
Que acusaron de subido y ego pero no me lo creo,
¡incluso siempre tuve vértigo a mirar hacia arriba!
El que siempre estuvo falto de autoestima
y de entre todas solo ella la crítica destructiva.
Intentó poner una sonrisa en cada boca de oreja a oreja
porque lo bueno tal como empieza, termina.
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y si la muerte es el olvido no viví de regalo.
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y siempre que así me recuerdes podré estar a tu lado.
Recuérdame como el amigo paisano, como el odio de invierno,
como el amor de verano.
Cuando mires al pasado con la vista cansada,
como el que quiso darte todo sin que pidieses nada.
Como aquel a quién solo le entendió su hermana
y fue más de Aladín Y Rakím que de Tony Montana,
(rianas ojanas), incluso como arma palabras,
y la mejor canción que oyó fue la nana de su mamá.
Como el que pintaba en el vaho de la ventana del bus
del que escribió si vas a ritmo de blues.
Ese sastre de sonrisas, guitarrista de aire, el
batería de pupitre que aprendió con YouTube.
Como un soldado de la luz y la paz,
el que aprendió bien la tercera edad en su juventud con plenitud.
El que nunca se creyó el de la cruz ni sus fans,
pues no habrá nada más allá de la cruz ni detrás.
Más de bumbo clatt que música club, y el rap,
algo más que un look, que el swag o hoot.
El que tuvo de color favorito el azul
luna y testó la tuna con su laúd y pluma.
No sé cómo acabará mi vida
pero sí que sé cómo quiero que me recuerden
si termina: con virtudes y defectos,
mis manías y mis mejores gestos,
desde el primer día para los restos.
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y si la muerte es el olvido no viví de regalo.
Recuérdame, recuérdame,
recuerda lo bueno y olvida lo malo
y siempre que así me recuerdes podré estar a tu lado.
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